Hubo un tiempo que los 'wyvern' eran criaturas a las cuales se las confundía con los dragones. No obstante, no distinguir esto era letal dado que los dragones eran criaturas orgullosas y honorables mientras que los Wyvern eran letales depredadores. Feroces, pero animalísticos y ferales siendo llamados por quienes conocían a las dos bestias los cocodrilos del aire.
Los 'wyvern' a simple vista parecen dragones, pero estos seres no tienen patas delanteras teniendo solo las traseras y unas alas que les permiten unos vuelos rápidos pero con poca resistencia que les permitían cazar a sus presas por sorpresa prefiriendo quemar vivas o envenenar con su cola a las presas que estos seres capturan y como armas, estos seres utilizan sus potentes patas traseras armadas con garras afiladas como cuchillas, llamaradas que si bien no son tan potentes como las de los dragones, si son lo suficientemente fuertes como para quemar a sus presas y una cola venenosa como la de una mantícora.
Durante siglos, sus territorios eran las altas montañas y las cercanías de las turberas mostrándose como unos grandes supervivientes. No obstante, tras la corrupción de los dragones rojos ante su rabia y el trato de éstos con los demonios, los dragones rojos necesitaban aliados y fijaron su mirada en estas criaturas. Para empezar, aprovechando su mayor tamaño y poderío físico así como su inmunidad al venenos de los 'wyvern', masacraron a cuantos cocodrilos del aire adultos encontraron para así poder robarles los huevos de las nidadas manteniendo solo el justo tiempo a algunos adultos mutilados e indefensos para cuidar de su progenie en madrigueras controladas con los dragones rojos. Más adelante, empezaron con un proceso de crianza selectiva en el cual mediante hechizos, subyugaban la naturaleza feral de los 'wyverns' a la voluntad de los dragones rojos mientras, estos buscaron entre los primitivos cerebros de los 'Wyverns' un rasgo que ellos apreciaban. La crueldad. Tras solo 300 años de crianza selectiva (en términos de los dragones, poco tiempo), la naturaleza de los 'wyverns' cambió. Pasaron de ser cazadores solitarios que se toleran más o menos en grupo pero que nunca fueron seres de manada a ser criaturas que viven en manadas sometidos a la voluntad del dragón rojo que los guía incluso en caso de que este muriera. Su mentalidad pasó de ser la de una fiera salvaje que lucha para sobrevivir a una voluntad abiertamente maliciosa que disfruta provocando el sufrimiento de sus presas humanas y animales y pasan a ver a los humanos de potenciales presas si su estómago está vacío a la de amenazas a las que torturar con más saña si el dragón rojo que los guía no dictamina lo contrario.
Según se dice, existen algunos grupos de 'Wyverns' que se libraron de tal destino escondidos en los rincones más remotos de la Tierra, pero realmente nadie racional echará de menos a esas criaturas ferales y las turberas donde cazaban aun desapareciendo por la corrupción de los Wyverns no fueron necesitadas por nadie, por lo que realmente nadie intentará buscar a esos seres mitológicos
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